Incomprensible…

Subida a Morcuera

Es incomprensible que haya pasado media noche y esté corriendo a 4:45 min/km siguiendo en la oscuridad la estela que deja el frontal de Sergio.

Incomprensible es que después de casi 100 kilómetros de carrera vaya casi tan rápido como cuando corro un día normal por el Retiro.

Pero también era incomprensible que corriéramos 103 kilómetros cuando algunos miembros del equipo aún no habían corrido un maratón.

Ni que lo hiciéramos durante más de 16 horas con un desnivel positivo de 1.728 metros.

Y no tenía sentido que Sergio, Ricardo y Eloy corrieran a esas alturas lesionados. Que corrieran, no que anduvieran.

Ni tenía mucho sentido que el equipo fuera el cuarto de la clasificación general ni que yo llegara el undécimo.

Pero el cuerpo se adecúa a todo y de verdad, nada es imposible y más cuando es por una buena causa.

Gracias Chema por la organización de tu maravillosa gente, una grandísima experiencia.

Espero que el año que viene sigamos corriendo por imposibles. Como lo que dicen que es vuestro trabajo en Intermón.

 

 

Correr con un motivo

Corro desde mucho antes que al correr le llamaran running. Mucho antes que las crisis de los cuarenta llenara de «marathoners» y «iron men» las calles de nuestras ciudades…

No en vano mi primer maratón lo hice en 1997 con 21 años. Cosas que tenía uno, éramos deportistas y lo hicimos. Porque si. Sin vaselina y sin moda. Con unas zapatillas reguleras, sin reloj de correr, con dos pelotas.

Y ahora que ha pasado el tiempo y ahora que «está de moda» todos los que no corren te preguntan por qué, queriendo entender qué hay detrás. Por qué ellos no y tu si.

Al correr creo que no hay que buscarle muchas vueltas. Es fácil, te gusta o no te gusta, sin más. Si te gusta corres mucho, si no lo dejas. Y eso no quita que en cada inicio de cada maratón uno piense lo de «¿Qué coño hago yo aquí?» pero que quede contrarrestado en el final, con un «¿Cuándo es el siguiente»?. No quita que duela pero quieras más, no quita que cada vez que te levantas a las seis de la mañana, cuando es de noche en Madrid te tengas que acordar de Rise and Shine, ese pedazo vídeo que me sigue poniendo la piel de gallina.

Y no es que quiera responder a esos que te preguntan por qué cuando no se puede. Pero estos días tengo un motivo adicional para correr, para tratar de hacer un reto distinto. La Intermón Trailwalker del próximo cinco de julio. 100 kilómetros duretes por la Sierra de Madrid, en equipo y con un máximo de 32 horas de camino que deberemos completar los cuatro integrantes del equipo a la vez.

100 km de montaña trailwalker Madrid

Puestos a responder por qué correr esta carrera fue, también, porque si. Vi la primera Trailwalker, la que ya se había hecho en Girona y me pareció muy chula. Correr para recaudar dinero para proyectos de Intermón, aglutinando un mínimo de 1.500 euros y hacerlo en compañía de gente que te quisiera acompañar, amigos, compañeros de trabajo, socios, familiares, alguien… Alguien porque al principio me costó encontrar gente. En la ofi de coches me decían que estoy loco y por mucho que preguntara a mi alrededor no era fácil.

Hasta que di con mi equipazo, hasta que me dijeron que si Sergio, Ricardo y Eloy. Socio, amigo de socio y primo, una mezcla rara pero perfecta, alineada a tope para disfrutar en el camino y para de paso tener y poder dar un motivo. Recaudar dinero para proyectos como estos.

Con lo que lo dicho. Ya tengo un motivo más y claro, estas líneas son también para animarte a si quieres, que aportes a esos proyectos. Que apoyes desde este link a nuestro equipo. Cuanto más dinero mejor, correremos más felices, con más motivos.

Una delaración de intenciones

Sigo cañero, sigo limón. Hoy va de cosas claras, hoy va de acción.

Y es que sigo viendo mucho desánimo, mucho «con la que está cayendo» y creo que hay que trabajar y animarse. Creo que con mucho esfuerzo, una sonrisa y una «actitud zen» todo cambia pero creo que desgraciadamente en este país no basta con esto, se necesita algo más.

Porque esta España que a muchos nos duele es una España acostumbrada, acostumbrada a que corra el vino, a que la noche sea larga y sea VISA quien corre con la fiesta. Y cuando VISA y quien nos ha dejado el dinero lo piden de vuelta pues oye, que qué injusticia, que los mercados nos atacan, que por qué, que si somos serios, ya, ya… Vamos allá.

¿Y qué nos falta?

Lo primero una declaración de intenciones, lo segundo, vendrá otro día pero va de ir contra quien hace las cosas mal, hasta el extremo. Que nos den a todos con el palo cuando nos equivocamos y que cada uno de nosotros podamos hacer algo cuando lo veamos, pero eso como digo viene otro día.

Hoy me separo del callarme y sólo dar ejemplo, hoy me rebelo levantando la voz. Hoy me uno a gente como Alberto Artero y a su tan actual «Españoles, rebelión o hundimiento, ustedes eligen» y a David Bonilla y su hashtag #weareatwar y a su declaración de intenciones. También estoy seguro que seré un empujón más para mucha gente que piensa lo mismo que yo. Que tenemos mucho que decir juntos y que ya vale de solo callar y dar ejemplo.

Y como va de declaración de intenciones voy a enumerar muchas cosas en favor de las que estoy y otras contra las que voy a luchar. Ni que decir que no están todas, que no están en orden de importancia y que seguro que hay algunas puntualizables. Si quieres añades, modificas y puntualizas pero empuja en la misma dirección, no vayas en contra, que una coma no sea lo importante, que sea el fondo y no la forma lo que te empuje. Este país aunque no te lo creas te necesita y tu necesitas a este país aunque te duela.

Así a borbotones se me ocurren muchas cosas que quiero…

  • Quiero trabajar, quiero que los lunes sean lunes y que no pase nada. Quiero esforzarme y dar ese ejemplo. Que mis hijos vean lo que yo he visto con mis padres, que la felicidad puede estar también en esto y que no pase nada, que sea un orgullo.
  • Quiero disfrutar, quiero hacerlo con una sonrisa, quiero transmitir alegría a mi alrededor. Quiero que me salgan las cosas bien o mal pero que lo importante sea el camino y no la meta, el medio y no cómo se llega al fin porque llegar se llega.
  • Quiero ser humilde y pensar en todo lo que tengo que aprender. Nunca seré un experto en nada, cuanto más sé de algo más puedo aprender. Quiero huír de los profesionales del vender humo, de aquellos que no dan valor y encima tienen un nombre. Si vales no te lo creas y si no vales no me engañes.
  • Quiero pensar y ayudar a quien quiere trabajar y no aceptar al que no quiere y que se mantiene en los puestos porque si.
  • Quiero ser solidario con el que no tiene. Y quiero siempre que se pueda darle la caña y enseñarle a pescar.
  • Quiero admirar y ensalzar a grandes personas que hay en nuestra sociedad. Quiero que quien gana mucho dinero, por supuesto haciendo las cosas bien, como hoy es noticia Javier Oliván, sea un orgullo para la sociedad y se le ponga como ejemplo.

Y otras que no quiero, otras contra las que estoy

  • No quiero instituciones ni políticos que hacen las cosas mal. Pero tampoco quiero engañarme, tenemos lo que somos y solo cambiando cada uno de nosotros se les cambia a ellos.
  • No quiero desunión entre los españoles. No quiero que en mucha gente siga viva la Guerra Civil, que sea un Madrid contra el Barça, los rojos contra los fachas, el PSOE y el PP. Quiero un país al que no solo lo unan desgracias como la muerte de Miguel Ángel Blanco y los atentados del 11-M
  • No quiero autocomplacencia. Quiero ser muy crítico conmigo mismo, no me quiero engañar. Quiero que los que estén a mi lado, y tu también si quieres, me ayudes y me des toda la caña del mundo cuando no hago las cosas bien. No quiero tener miedo del futuro, quiero cambiar lo que no vea bien en mi y quiero hacerlo con una sonrisa.
  • No quiero aceptar el «todo vale» y quiero ir contra la gente que lo representa. Quiero denunciarte si defraudas en el IVA, si me planteas que te despida para cobrar el paro, si veo que vives en el extranjero y cobras subsidios en España, si tienes empresas que se aprovechan de las administraciones. Y quiero que si yo lo hago me denuncies, que vayas contra mi.
  • No quiero que se deje de castigar al que hace las cosas mal. Quiero que se le castigue con todo el peso de la ley y que esto sea ejemplo también. Si haces las cosas mal pagas.

¿Y tú que quieres?

La filantropía de Mark Zuckerberg, la de la viuda, la mía…

En aquel tiempo, alzando Jesús la mirada, vio a unos ricos que echaban sus donativos en el arca del Tesoro; vio también a una viuda pobre que echaba allí dos moneditas, y dijo: De verdad os digo que esta viuda pobre ha echado más que todos. Porque todos éstos han echado como donativo de lo que les sobraba, ésta en cambio ha echado de lo que necesitaba, todo cuanto tenía para vivir. (Lucas 21, 1-4)

Toma… Menuda manera de empezar un post, con un trozo del Evangelio de Lucas ¿y eso?

Pues es que el otro día mi buen amigo Javier Andrés publicó un artículo en el que contaba, a propósito de la salida a bolsa de Facebook, que había pasado inadvertido un gran gesto por parte de su fundador Mark Zuckerberg.

Y es que el bueno de Mark se ha apuntado a Giving Pledge que es una bonita iniciativa por parte de algunos ricos, en su mayoría norteamericanos, a comprometerse a dar una buena parte de su fortuna personal a obras de caridad.

Javier argumenta en su post que es espectacular que alguien con veintisiete años sea capaz de comprometerse a dar la mitad de sus estimados 28.000 millones de euros a obras de caridad y que ejemplos como estos son los que iluminan. (Por cierto, no entiendo cómo se puede titular un post como el de Expansión «podría ganar hasta 28.000 millones» ¿es que el fundador de Facebook no los tiene ya?)

En ese momento le empecé a transmitir mis dudas a Javier sobre qué era compromiso moral, en qué plazo se daba esa mitad de la fortuna y quien auditaba que esto fuera así. Javier me decía que lo importante es el ejemplo que esta gente puede dar, que era más importante el qué al cuando y que lo importante no es el dedo sino la luna hacia la que este apunta.

Y ahí le dije que no, que no lo veía. Y es que me parece muy fácil decir que te comprometes a hacer algo y no hacerlo ahora porque ¿hay algo que le impida a la mayoría de esos ricos a dar la mitad de sus dineros ya mismo? ¿Por qué se comprometen a hacerlo y no lo hacen ya? Y si lo van a hacer ¿Quien lo audita? ¿Quién lo comprueba? Porque con tanto dinero se puede hacer y ya mismo, no hay más problemas.

Y ahí está también lo mejorable. Lo fácil es decir que siendo tan ricos se puede dar el dinero ya mismo y no que nos miremos a nosotros mismos y veamos cuanto damos ahora mismo, en tiempo o en dinero, por los más pobres.

¿Tiene más mérito Mark Zuckerberg comprometiéndose a dar la mitad de su inmensa fortuna o alguien que da la mitad de lo que tiene aquí y ahora? ¿Y si ese alguien encima da más de lo que tiene para si mismo?

Esta es una reflexión que me hago siempre, que tengo que quitarme de lo que tengo para dar a los demás, ahora. Y eso es lo difícil. Lo fácil ahora es atacarme y decirme lo que tu quieras, lo que no he dicho, porque no he dicho que de mucho, al contrario, tendría que dar mucho más de lo que doy. Esto no es un post para decir lo bueno que soy y lo mucho que doy, tampoco. Como le dije al gran Miguel Arias en un tweet posterior no voy a decir si doy o no doy y cuanto. Porque siempre me ha parecido muy curioso encontarme con amigos que me miden sin saber sintiéndose quien por el posible aspecto de su vida. En eso no entro.

Solo es un post para decirme a mi mismo que aún siendo el gesto de Mark muy loable prefiero viuda pobre que se esconde para dar o súper rico que lo da, lo cuenta para dar ejemplo pero lo da ya. Nada de compromisos no auditables que siendo bonitos y dando supuesto ejemplo no los veo, no tengo por qué creerlos y no hay tiempo que perder.

Ah, y Javier es un gran tipo, que no se os olvide. Estoy seguro que da de lo que le falta ahora y cuando venda su maravilloso Ticketea.