No tengo tiempo

Reloj

No corro porque no puedo, no tengo tiempo.

Yo me decía eso muchas veces. «No hago esto por falta de tiempo», «ay si tuviera tiempo para…»

Hasta que me di cuenta que no me podía engañar. Que si no hacía algo en mi vida no era por falta de tiempo, es porque no quiero. Punto. No corres porque no quieres ponerlo en tu escala de prioridades como pones otras cosas.

Y cuando lees «correr» pon lo que quieras en tu vida. No dedicas tiempo a este tema, a esta persona porque no quieres. Porque por poder se puede hasta dormir menos de lo que duermes, el cuerpo es muy sabio.

Y para muestra un botón: Tengo las comidas ocupadas hasta el 31 de marzo. ¿Porque no tengo tiempo? No, porque me estoy preparando otra carrera y porque quiero hacerla bien. Porque me he bloqueado al menos dos de los cuatro días que como fuera de casa para correr.

Sé que es una obviedad pero te sientes mucho mejor cuando te lo reconoces a ti mismo. Mola no mentirse y todos nos engañamos en lo que no queremos y pensamos que no podemos.

No hago esto porque no quiero. No veo a esta persona porque no quiero.

Sin más.

Mi maratón de Nueva York. 2013

Verrazano bn

Son las 9:40AM de hoy domingo 3 de octubre en Staten Island, Nueva York.

Estoy en el inicio del mayor puente colgante de Estados Unidos, en el Verrazano Narrows Bridge. Me acompañan quince mil corredores que conformamos las tres salidas simultáneas de lo que será la primera oleada del maratón de Nueva York, uno de los cinco grandes maratones del mundo, creo que el más especial.

Y nos paramos todos a escuchar las palabras de Michael Bloomberg, concentrados y respetuosos con el alcalde que para eso lo es. Termina y suena el himno americano, el Star-Spangled Banner y tengo la piel de gallina. La piel de gallina porque hace frío, entre 2 y 12 grados según la previsión metereológica, y porque en unos segundos vamos a salir a correr los 42.195 metros que nos van a llevar hasta Central Park. Y cuando parece que vamos a empezar por fin a correr atruena el «New York, New York» de Sinatra, suena un disparo, llueve el confeti, los helicópteros empiezan a volar por encima de tu cabeza y solo puedes empezar a correr. Es una sensación indescriptible…

Quizá hasta aquí esto te suene a una más de correr, quizá y aunque sea mi cuarto año en Nueva York, creas que soy uno más de esa moda. Pero a mi me convenció la maratón de Madrid en 1997 cuando el running se llamaba correr y cuando solo llegábamos a meta 5.057 personas. Ese día hice mía la frase de Emil Zátopek: «Si quieres correr, corre una milla. Si quieres experimentar una vida diferente, corre una maratón»

Y es que además ha sido largo el camino hasta aquí. Cada maratón tiene su historia, sus muchos kilómetros en las piernas, en este sus tres costillas que se rompieron en verano y que me tuvieron parado dos semanas. Y siempre tienen una ayuda en una casa que se para para ayudarme a entrenar, cada día que toca de las dieciséis semanas que dura una de las preparaciones.

Pero después del disparo en el puente ya solo queda correr. Hay que dejar de recordar y no hay que emocionarse. Porque la salida del puente es de llorar. Manhattan al fondo en un día de sol ¿Manhattan? Muchos piensan que los que corremos el maratón de Nueva York lo hacemos por la Gran Manzana pero eso es sólo el final. Casi todo el recorrido pasa por los cinco barrios: Staten Island, Brooklyn, Queens, el Bronx y al final del todo Manhattan.

Y hay un sonido en ese primer puente indescriptible, no es un sonido, es una sensación… ¡El puente se mueve con todos los que corremos a la vez! Es como si vibrara, aunque a estas alturas ya no sabes si son tus nervios o que de verdad se mueve. Y a pesar de que somos tres salidas distintas, a pesar de que vamos por caminos diferentes y a pesar de que el puente parece que vibra no te paras. Cuántas carreras habré  corrido en las que al principio te tienes que parar de la gente que hay. Pero en Nueva York esto no pasa, los americanos ya se sabe «son tan listos que juegan al rugby con casco»

Al terminar Verrazano se llega a Brooklyn con sus casas bajas y su grandísimo ambiente. Es una zona muy recta en la que sé que mi mujer va a venir a verme. Sola peregrinando por Nueva York por verme en tres sitios, con su bandera de España y lo mucho que te ayuda que alguien te pegue un grito de ánimo. Pero no solo está la bandera de España de Myriam, el último año que se celebró el maratón llegamos 1.009 españoles a Central Park y te encuentras banderas de tu país y de todas sus comunidades autónomas por todo el recorrido. Qué grande somos, conquistando por un momento Nueva York, aunque sea corriendo.

En la milla ocho se unen los tres recorridos pero tampoco se nota en la afluencia de gente y además es que hay que seguir pensando, con el reloj en la cabeza y el cuchillo entre los dientes. Una maratón se corre con la cabeza que es tu gran enemigo. Cuanto más mayor te vas haciendo mejores maratones haces. Porque mides cada paso, porque sabes que van a venir ratos malos. Porque en cada avituallamiento comes aunque no tengas hambre y bebes aunque no tengas sed. Porque te acuerdas de tus niños, de tu chica, de mucha gente a la que le dedicas un kilómetro, a los que les dices lo que quizá no te atreves a decir en el día a día. Y les dices que son importantes para ti, por qué haces estas tonterías, pro qué has vuelto otro año más a Nueva York, a otro maratón.

Y llega Queens, llega un trozo de Manhattan y llega el Bronx. En el maratón de Nueva York las distracciones durante el camino son muy grandes. ¡Hay ciento cincuenta grupos de música por el camino! En el Bronx nunca se me olvidará el mítico «Welcome to the Jungle» de Guns and Roses, unos chalados que habían descolgado sus cables con sus amplificadores y lo daban todo por cada uno de los desconocidos que pasábamos por la calle.

Y enfocaré la Quinta Avenida con sus cien manzanas hasta llegar a Central Park. Y vendrá el dolor y te darás cuenta que tu capacidad de sufrir es mucho mayor que lo que pensabas, que si no hay sufrimiento quizá no sea un maratón. Y el muro vendrá, o no, pero sé que me estarán esperando miles de voces que gritaran mi nombre si este año lo llevo puesto en la camiseta. ¡Iñaki! ¿Quieres experimentar una vida diferente? Corre una maratón….

Este post lo publiqué en el Huffington Post el día de mi carrera de NY, carrera que terminé sufriendo con un 3:40:59

Un gesto que seguro que no sirve de nada

14 de noviembre de 2012. Huelga general.Una España que lo pasa mal por la culpa de casi todos.

Derecho a trabajar y derecho a la huelga se encuentran en las calles de Madrid. Gente que va a trabajar, muchos que no, piquetes que informan con normalidad y escenas como esta.

Estoy seguro que cuando hayas visto el vídeo tendrás una primera reacción, la mía fue de rabia e impotencia. La verdad me hubiera gustado estar ahí y no se cómo hubiera reaccionado. Lo de la mujer me pareció épico, ni una palabra, a esperar a que escampara pero entre los gritos y el negocio. Ella estaba para defenderlo.

Ese día reaccioné en Twitter diciendo que prometido, que iría a comer un día unos montaditos a ese restaurante, creía que era una manera de apoyar esa epicidad, de decir que yo a quien apoyo es a quien hace las cosas así. A quien quiere trabajar y ni siquiera ante insultos se mueve.

Las reacciones en Twitter fueron dispares. En su mayoría de apoyo por lo obvio: quien me sigue en su mayoría sabe como soy y salvo excepciones no pensará radicalmente contrario a mi. Pero también hubo gente que decía que no, que el problema era que la información era sesgada porque el vídeo era de un medio eminentemente derechista, que ella sabía que había cámaras, que lo valiente es pelear y que estar trabajando o mirando es de cobardes, que…

Y por eso escribo hoy este post, por eso voy a comer allí. Nos falta dar ejemplo contrario y decir lo que muchos creemos. Que el esfuerzo no me tiene por qué disgustar y que nadie da duros a pesetas. Que seguro que hay cosas que puedes hacer mejor y que la crisis también es culpa tuya. Algo habrás hecho no del todo bien, aunque sea por omisión.

¿Y cuándo he quedado a comer en el Cien Montaditos de Gran Vía 63? Este martes 20 a las 14:30. Curiosamente la convocatoria empezó con el director de uno de los mayores competidores de coches.com con el que siempre he tenido una magnífica relación. Hoy ya somos unos cuantos.

¿Te vienes? Soy consciente que los que gritaban no representan a la mayoría que ese día no quería trabajar, que este gesto seguro que no sirva para nada pero también que hay que sembrar. Quizá algún día alguno de mis tres hijos lo lea y le guste. A mi con esto me sobra.

Una buena presentación…

Voy a presentar un business plan a unos inversores y estoy asustado. Son demasiadas ideas, muchos números clave, poco tiempo y un futuro que quizá hoy se decida. Tengo miedo, no se si incluso me pondré a sudar y me liaré al hablar. Me juego mucho.

¿Te ha pasado?

Donde digo business plan e inversores puedes poner lo que quieras. Esto por supuesto es aplicable a una presentación interna en una empresa, a una conferencia, a lo que sea. Elige tu donde qué vas a presentar y donde. Yo me lo llevo al mundo emprendedor, se me hace más fácil y por aquí sigo hoy…

Supongo que sabes que sé que tu proyecto es el mejor, que no hay nadie como tú, que hace falta estar ciego para no ver el potencial que tienes. Lo que no se es si te has parado a pensar que eso lo piensan todos los que van a presentar su proyecto, todos están seguros como tú, todos lo han ensayado y a todos les va la vida en ella. Pero te cuento lo peor, los inversores que tienes delante ven todos los días, presentaciones, «elevator pitch»… Todos los días les cuentan el proyecto que no se pueden perder, el que les hará ricos, como el tuyo, como el mío. Llevan años viendo proyectos y, en principio, no hay ningún modelo de negocio que no hayan visto y lo peor es que hoy quizá estén aburridos, cansados y puede que seas «uno más».

¿Y qué puedes hacer?

Ser diferente. Es el primer filtro. Cuidado que no digo que sea lo importante. Por supuesto para llegar al final la clave es el proyecto, los números, el equipo y demás pero en muchas presentaciones iniciales se caen muchísimos proyectos simplemente porque la puesta en escena es desastrosa o al menos no sobresale sobre las demás de ese día. He estado en muchas presentaciones y si no eres diferente tienes ese riesgo.

Puede que tu negocio no sea el mejor pero si eres capaz de ser diferente y hacer una buena presentación ¡distinta! puede que te lleves el gato al agua y conciertes esa entrevista. El inversor no es tonto y en esa posterior entrevista si tu modelo no vale te lo tirará por tierra pero ahí estarás, habrás avanzado y quizá el que era mejor que tu no llegó hasta ahí.

Venga, va, esto es fácil pero ¿cómo se hace? ¿Me das alguna clave que no sea nada más «se distinto»? Ahí van unas cuantas…

  • ¿Una introducción? ¿Quieres contar en tres segundos qué vas a contar y cómo lo vas a repetir e incluso lo que vas a tardar? Ayuda si alguien al principio de una manera muy breve introduce qué es lo que hoy vas a contar, como, quien…
  • ¿Sabes quien va a verte? ¿Tienes nombres de la gente que te importa que esté más atenta? ¿Sabes a qué se dedican? Las personas claves quizá sea interesante que te dirijas a ellos con sus nombres, que les interpeles, eye contact ¿eh?
  • Cuenta una historia: Esto es muy americano pero funciona. ¿Qué quieres solucionar con tu negocio? ¿Puedes poner el ejemplo de personas? ¿puedes personalizarlo incluso con gente de la sala? De estas cosas que funcionan es que de una manera rápida la gente vea la practicidad de tu presentación con lo que si pones nombres y encima termina bien pues mucho que tendrás ganado.
  • ¡Sonríe! ¿Es tan difícil? Ya, se que hay tensión pero la tiene todo el mundo y cuando eres simpático y la gente se ríe se conecta contigo. Anda que no hay gente que va con su chaqueta y corbata, que está toda la presentación seria y que ¡encima trata de usted! Este es el lugar donde alguno me dirá que depende del foro, que por supuesto, pero si puedes por lo menos sonríe.
  • Pon imágenes chulas y poco texto ¡muy poco texto! Si vas a hablar ¿por qué repites en la presentación lo que vas a decir? Una buena presentación es alguien hablando y muy pocas palabras, solo necesitas reforzar las ideas fundamentales. Ayuda mucho más encontrar fotos chulas, distintas, graciosas que slides infumables con mucha información que por interesante que sean hacen que o te dejen de atender, o no miren la presentación o lo peor que suele pasar: que se despisten en todo.
  • Uno mejor que varios. Somos varias personas presentando y tenemos poco tiempo. Lo mejor sin duda que hable uno, que no tiene por qué ser el «que manda» sino el que mejor sabe hablar, el que mejor comunique, me atrevo a decir que hasta el más guapo o guapa…
  • No repitas, se concreto. Si la gente no se entera de tu negocio es por muchos motivos pero no suele ser porque lo tienes que volver a repetir. La gente que te va a ver especialmente al presentar un buen plan de negocio suele ser gente buena con lo que hazlo una vez y si no se entiende revisa el negocio.
Pues eso, que espero que te ayude esto. No hay nada como ser diferente, si lo eres algo tienes al lado de «la competencia»

No puedo remediarlo

Lo acabo de ver en el blog de Ignacio Escolar pero esto tiene que llegar a toda España para que nadie vote de nuevo a un Señor que no sepa inglés.

Por eso no comento nada más, por eso sólo copio y pego el código de youtube y añado frases que Zapatero no entendió.

I am just going to make sure that Mr. Zapatero has got spanish on his…

If you could make sure Mr. Zapatero can hear his translation..

Can you hear?

We might swap seats?

Do we need to translate?

Y como soy compasivo entenderé que se presente de nuevo si aprende inglés.

Por favor reenviarlo!