El otro día volvía a casa también andando, tenía prisa porque iba a ver poco a los niños pero entre ir a hacer un recado y el atasco que había en Madrid (por cierto espectacular el caso que se hizo el miércoles al día sin coches ;-)) me enredé y volví de nuevo por el Retiro. No va con el asunto del post pero comentar que hacía un día espectacular y que se notaba en el volumen de la gente que está con el tambor debajo de los leones del Retiro.
Mientras bajaba una cuesta al lado de casa pasaban a mi lado tres personas jóvenes, dos chicos y una chica, y uno llevaba la voz cantante. No era la típica conversación en la que podría escuchar más de tres frases seguidas, sólo escuché – «Ese está como todo el mundo, hasta los cojones de su trabajo» –
Ni que decir que lo que primero que me salió fue que yo no estoy hasta los cojones de mi trabajo, al revés, me lo paso fenomenal y cada día tengo ganas de llegar a la oficina a «dar caña». No creo que sea un tema de trabajar por cuenta propia o ajena y a todo el mundo le puede/debe pasar en su trabajo por lo que estas líneas todo el mundo se las puede aplicar.
El problema creo que lo tiene todo aquel que está hasta ahí de su trabajo. Se me ocurren muchas preguntas ¿Por qué lo está? ¿Por qué empezó a trabajar ahí? ¿Qué le impide cambiar su actitud hacia el trabajo? ¿Qué le impide cambiar de trabajo si lo anterior no funciona?
Creo que somos un país de gente que no le gusta darse cuenta de lo que hace mal siendo lo fácil echar la culpa a los demás.
Y creo que al final donde estás es donde debes estar porque te lo has ganado. ¿No crees que si hubieras hecho cosas distintas o de una manera distinta estarías en otro sitio? ¿no puedes liderar el cambio? ¿Por qué no te mueves? Mucho riesgo, prefiero seguir «hasta ahí» todos los días de mi vida.
Y no soy el primero que escribe sobre esto, lo hizo antes Pablo Neruda y lo encontré en el blog de Dídac.
No culpes a nadie, nunca te quejes de nada ni de nadie porque fundamentalmente Tu has hecho tu vida.
Acepta la responsabilidad de edificarte a ti mismo y el valor de acusarte en el fracaso para volver a empezar, corrigiéndote.
El triunfo del verdadero hombre surge de las cenizas del error. Nunca te quejes del ambiente o de los que te rodean, hay quienes en tu mismo ambiente supieron vencer, las circunstancias son buenas o malas según la voluntad o fortaleza de tu corazón.
No te quejes de tu pobreza, de tu soledad o de tu suerte, enfrenta con valor y acepta que de una u otra manera son el resultado de tus actos y la prueba que has de ganar.
No te amargues con tu propio fracaso ni se lo cargues a otro, acéptate ahora o seguirás justificándote como un niño, recuerda que cualquier momento es bueno para comenzar y que ninguno es tan terrible para claudicar.
Deja ya de engañarte, eres la causa de ti mismo, de tu necesidad, de tu fracaso.
Si Tú has sido el ignorante, el irresponsable, Tú únicamente Tú, nadie pudo haberlo sido por ti.
No olvides que la causa de tu presente es tu pasado, como la causa de tu futuro es tu presente.
Aprende de los fuertes, de los audaces, imita a los violentos, a los enérgicos, a los vencedores, a quienes no aceptan situaciones, a quienes vencieron a pesar de todo.
Piensa menos en tus problemas y mas en tu trabajo y tus problemas sin alimento morirán. Aprende a nacer del dolor y a ser mas grande, que es el mas grande de los obstáculos.
Mírate en el espejo de ti mismo. Comienza a ser sincero contigo mismo reconociéndote por tu valor, por tu voluntad y por tu debilidad para justificarte.
Recuerda que dentro de ti hay una fuerza que todo puede hacerlo, reconociéndote a ti mismo, mas libre y fuerte, y dejaras de ser un títere de las circunstancias, porque Tu mismo eres el destino y nadie puede sustituirte en la construcción de tu destino.
Levántate y mira por las montañas y respira la luz del amanecer. Tu eres parte de la fuerza de la vida.
Nunca pienses en la suerte, porque la suerte es el pretexto de los fracasados.
Años después, muchos años después mi buen amigo Hugo acuñaba una frase que servía para cualquier momento de queja injustificada «Haber estudiao» (Dicha así, claro)
Que tengáis buena semana.
¿Haber estudiado? Eso no significa el éxito profesional. ¿Cuantos universitarios hay en el paro? Han estudiado, solo por ello, ¿Garantiza el éxito profesional? Creo que no.
Mi caso, solo tengo la ESO, y tengo una startup que está dando beneficios REALES desde el 1º día, y no he estudiado! ¿Porque? Me aburría.
El éxito o fracaso, es mas, de aptitudes de cada individuo mas que de conocimientos.
Ten también una buena semana 🙂
Claro que si Jacobo, lo que la frase quiere decir es que las cosas se solucionan preparándote y en tu caso en tu Start-up, por cierto, enhorabuena, también te preparaste antes de ir al examen que es el día a día. ¿o no «estudiaste» lo que había que hacer para montar tu empresa, para conseguir clientes, etc? Estudiar es trabajar también… Suerte!
Buenas, Iñaki… gracias por la dedicatoria (me veo obligado a escribir algo!)
Antes de nada, aclarar que el que una persona que haya cursado estudios normalizados, etc. vaya a tener un éxito profesional asegurado… ni al contrario. Pero lo que es cierto, es que existe cierta correlación (a mayor nievel de estudios, menor probabilidad de estar parado) avalada por multitud de estudios.
Recuerdo la anécdota dirigida a los malos estudiantes que contaba D. José Luis Negro, (eminente) profesor de química del autor de este blog y mío en nuestra época del colegio, que decía que eran tres hermanos y que los dos que tenían carrera tenían trabajo, se dedicaban a lo que les gustaba y que no vivían mal… pero el que no había estudiado nada era el que más ganaba y que vivía fantásticamente. Simplemente es un dato más.
Realmente lo que quiere explicar Neruda con este texto creo que va dirigido más hacia la gente autocomplaciente, que achaca todos sus males al entorno y no mira más allá ni se pregunta cómo se comporta él antes las cosas. Hay que ser autoexigentes… y el «haber estudiao» es una frase que simplemente hace referencia a este hecho: igual las cosas no son lo que parecen y siempre podemos hacer algo por resolverlas, esforzándonos para corregirlas y dedicarles nuestro tiempo y algo de sacrificio para sacarlas adelante.
Jacobo, estoy seguro de que tú lo has hecho con tu empresa… pero aunque no te lo parezca, el conocimiento es muy importante. No sólo el conocimiento que se da en las aulas, sino el que cada uno puede ir adquiriendo en el día a día (esto también son aptitudes).
Un abrazo.