
Este pasado fin de semana he tenido la suerte que me dejaran un coche eléctrico. Cierto es que ya hace tiempo que existen y que quizá trabajando en coches.com tendría que haber tenido la oportunidad antes pero oye, es lo que hay. Aunque uno sea el que manda en la empresa me pasan cosas siempre raras en cuanto a primicias y usos de coches que uno parece que debería tener. Creo que ya he comentado que voy andando al trabajo, que no he tenido coche propio durante mucho tiempo y que he vivido de prestado tanto de unos familiares como de compañías de renting, concesionarios, etc. Por cierto, ya tengo coche propio pero eso lo contaré otro día que como decía al principio hoy esto va de coches eléctricos.
La oportunidad me la ha dado Jorge Bautista, CEO de ING Car Lease, con el cual tuve la suerte de comer hace unos días. Al salir me dijo que si me apetecía y le dije que claro, que aún no había probado ninguno y que estaría encantado. De Jorge no tengo más que cosas buenas que contar pero quizá eso sera para otro día. El proyecto de ING Car Lease en general y el de Driveon en particular me parecen absolutamente punteros en un sector del motor que en España necesita gente grande haciendo cosas distintas y por supuesto buenas. Y si no podía hablar más que bien de ellos encima todo fueron amabilidades llevándome incluso el coche a la oficina.
El modelo eléctrico en si era un Think City de dos plazas y amplio, para el tamaño del coche, maletero… ¿y ahora como sigo? ¿Cómo se escribe un post de estos de pruebas de coches? Otro cliché roto, no sé la estructura, la haré al tun tun, a ver cómo sale…
La impresión inicial del coche es la que tienes cuando usas un coche pequeño, que es como de juguete. Te cuentan que sale «fuerte» al arrancar y te hace gracia pero es verdad, no es que sea un Porsche o un Maserati pero oye, no sale como la pinta que tiene el coche. Es muy curioso el concepto de arrancar porque como el coche no suena no te das cuenta más que por un piloto de cuando está arrancado y cuando no. Te dicen que tengas cuidado que la gente no te ve y también es cierto, por el tamaño del coche en si y porque lo dicho antes, no suena nada, casi nada.
¿Al conducirlo? Cuando lo conduces por ciudad sin problemas, manejable, suelto y sin problemas. Me quedó la duda de si es un coche que en ciudades como Madrid se puede aparcar o no sin pagar el famoso papelito verde. Cuando ya te vas fuera pues vaya, limitado como es comprensible. Y es que eso era lo malo, que estoy viviendo fuera de Madrid y tenía que llevármelo fuera si o si, en concreto a unos setenta kilómetros y cuesta arriba. El coche me lo dieron al setenta por cierto de su carga y me aventuré a pensar que lo que dice su site es correcto y que si se supone que tiene una autonomía de 203 kilómetros pues me que tenía más que de sobra para llegar a mi destino. No me equivoqué pero las pasé canutas. Canutas porque al llegar a Las Rozas tenía el cincuenta por ciento de carga y aún tenía que subir el puerto de Galapagar y la Cruz Verde que no son el Mortirolo ni el Aubisque pero quien sabe, en ese momento había que dar soluciones. ¿cuáles? Punto muerto en las pocas cuestas abajo, nada de aire acondicionado, ventanas abiertas, punta de gas y mucha calma. Un viaje que repito bastantes veces y que tardas entre cincuenta y setenta minutos según velocidad y tráfico y que creo que nunca he hecho tan lento. Me hacía gracia porque todo el mundo me miraba mal, pensando que claro, que los coches eléctricos deben ir despacio, que quien es el tonto del coche naranja, etc. Llegué por debajo del quince por ciento de carga, pero llegué, y lo primero que hice fue eso, recargarlo. ¿cómo? Pues se recarga con un enchufe de los de toda la vida que tienes en el maletero y que por un módico precio de la electricidad te permite hacer los supuestos 203 kilómetros de nuevo. El proceso de carga es tremendamente sencillo aunque cierto es que tarda lo que en este modelo de coche te hace pensar si es la solución, no es como repostar un coche de gasolina en el que en un momento puedes volver a devorar kilómetros. Unos días después la vuelta a Madrid fue más fácil, era cuesta abajo y empezaba en el cien por cien de batería, de hecho llegué por encima del cincuenta por ciento, eso si, hice un poco de todo de lo comentado pensando en que si se lo tenían que llevar de vuelta no quería que se quedaran colgados.
¿Conclusión? Pues que aunque el coche es una chulada y como concepto terminará siendo la alternativa hay mucho que desarrollar en tamaño de coches, autonomía y recarga, Creo que por ahora no es la solución a nada y queda mucho mucho por recorrer, por mucho que nos quieran vender la moto de la ecología, del menor consumo y demás. Para mi no es solución un coche con una limitada autonomía, pequeño y que cuando lo recargas tardas un rato. ¡y además cuesta un dinerete! Si que sería un tercer coche que podría tener en casa pero no soy de esos ni creo que esté el patio para terceros e incluso para segundos coches.
¿Y a ti? ¿Qué te parece? ¿Has conducido alguno ya? ¿Te comprarías uno?
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